En Defensa del Nuevo Presidente del CDP
Por: Daniel Santana
El recién juramentado presidente del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), Luis Pérez Novas, ha demostrado desde su primer acto de gestión que no llegó al cargo a calentar una silla, sino a recuperar la dignidad de un gremio que durante años ha sido saqueado moral y materialmente. Su decisión de rechazar una propuesta de más de un millón de pesos de la Escuela Turística del Caribe, para seguir ocupando parte del edificio del CDP, es una muestra de carácter, transparencia y compromiso con la clase periodística.
Durante demasiado tiempo, los espacios del Colegio de Periodistas han sido convertidos en negocio de terceros, mientras los verdaderos dueños —los periodistas— observaban impotentes cómo el patrimonio gremial se reducía a un simple local de alquiler. Pérez Novas ha dicho basta. Y ese “no” rotundo, pronunciado con firmeza, es la primera piedra de una reconstrucción moral que el gremio necesitaba con urgencia.
No se trata de dinero. Se trata de dignidad. Ninguna cantidad, por alta que parezca, puede justificar que los espacios concebidos para el desarrollo de los profesionales de la comunicación sean ocupados por instituciones ajenas a su misión. El CDP no es una plaza comercial ni un centro de renta; es la casa de los periodistas, y debe volver a serlo.
Quienes hoy critican la decisión del nuevo presidente, quizás olvidan que los males del CDP no se originaron en un día ni con una sola gestión. Son el resultado de años de abandono, de indiferencia y de complicidades silenciosas. Pérez Novas, al tomar el timón, ha heredado un barco con grietas profundas, pero también con la oportunidad de devolverlo a su rumbo original.
Es por eso que su primera medida merece apoyo, no cuestionamientos. En vez de reprocharle su firmeza, deberíamos agradecerle el coraje de hacer lo que muchos evitaron por conveniencia o miedo. Los gremios no se limpian con discursos bonitos, se limpian con decisiones valientes, aunque sean impopulares.
Además, su promesa de revisar todos los contratos firmados por pasadas administraciones es una necesidad impostergable. La transparencia no se construye ocultando documentos, sino abriéndolos al escrutinio de los miembros del gremio. El periodista que teme a la verdad, deja de ser periodista; el presidente que la defiende, honra el oficio.
La llegada de Pérez Novas representa una nueva etapa. Un cambio de mentalidad. Un mensaje directo a quienes, desde dentro o fuera del CDP, han usado el nombre del periodismo para fines personales. Su administración debe ser respaldada por los que aún creen que la ética y el compromiso social son los pilares del verdadero comunicador.
El periodismo dominicano necesita instituciones sólidas, no débiles. Dirigentes con carácter, no con miedo. Y si queremos recuperar la confianza del pueblo en la prensa, debemos empezar por poner orden en nuestra propia casa. Lo que hoy hace Pérez Novas no es un acto de rebeldía, es un acto de justicia gremial.
Por eso, desde esta tribuna, defendemos su posición y llamamos a la unidad de todos los periodistas del país. No se trata de colores, ni de corrientes internas; se trata del respeto a un espacio que pertenece a toda la clase periodística. Defenderlo es defendernos a nosotros mismos.
El tiempo dirá si las decisiones del nuevo presidente son suficientes para cambiar el rumbo del CDP. Pero lo que ya ha hecho en sus primeros días es digno de reconocimiento: levantarse, mirar de frente y decir “no” donde otros dijeron “sí” por comodidad.
El Colegio Dominicano de Periodistas tiene hoy un presidente que comienza limpiando la casa. Y eso, en un país donde muchos prefieren barrer la basura debajo de la alfombra, ya es motivo para aplaudir.